Internet, como cualquier otro fenómeno mercantilizado dentro del sistema actual, está sujeto a las dinámicas del capitalismo. Estas dinámicas, lejos de atender a conspiración alguna, responden a la agencia del capitalismo la cual conlleva a las prácticas imperialistas y monopolísticas derivadas de la necesidad de acumulación del capital y de crecimiento infinito. Estas dinámicas han llevado al imperialismo capitalista a extenderse en la dimensión de la información apoyado en las infraestructuras de la nube que, en su plano más material, no son más que cables y centros de datos.
Al igual que la historia de las religiones, la historia de La Informática (y en consecuencia la de Internet), está plagada de mitos. Quiero, en primer lugar, distinguir entre lo que voy a llamar La Informática y las ciencias de la computación o las ciencias de la informática. En el segundo ámbito, más académico y desconocido para el público general, los orígenes de la informática probablemente se situarán alrededor de nombres como Charles Babbage, Ada Lovelace o Alan Turing, junto a otros nombres ilustres y junto los nombres de cientos o miles de académicos no tan ilustres. Sin embargo, cuando hablo de La Informática, refiriéndome a esa industria parangón del capitalismo postfordista, los nombres que evocan son los mucho más conocidos Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos o Elon Musk.
La Informática no es más que una mitología. Al igual que las religiones, es un relato que sirve a un fin colonizador a través de sus promesas. El gran mito central de La Informática es el del hombre blanco que en su garaje estadounidense, con poco más que un ordenador, ha conseguido montar un gran imperio. Este mito afianza la promesa de que en el sistema capitalista cualquiera puede lograr el éxito. El archiconocido Sueño Americano.
<img src="https://dospuntosq-images.s3.eu-west-2.amazonaws.com/large_social_network_46394f67c3.jpg" alt="Fotograma de la película The Social Network mostrando a los protagonistas mirando a una pantalla de ordenador">
Este mito también implanta en nuestros cerebros la idea de que tecnologías como Internet solo son posibles gracias a la genialidad de estos "profetas" del Sueño Americano. La idea de que estos personajes, tan reales como el Roark de Ayn Rand, han triunfado sin ayuda alguna, obviando la realidad de que absolutamente todas sus supuestas invenciones son resultado directo de años de investigación en universidades financiadas con fondos públicos. Al fin y al cabo, como bien señala Verity Harding, "la industria de la informática (...) debe su existencia al ejército de los Estados Unidos"[^1] y el departamento de defensa americano, el cual, inundó de fondos diversas universidades para dar lugar a proyectos como ENIAC o ARPAnet (precursores de los ordenadores digitales programables e Internet respectivamente).
Pero, ¿dónde y por qué surge este mito? Si la agencia individual anterior a la ilustración estaba supeditada a la salvación divina, actualmente esta se encuentra supeditada a la competencia y a la acumulación de capital. Toda empresa que opere en el capitalismo, si pretende sobrevivir, debe basar su estrategia en proyecciones siempre expansionistas que aspiran a un imaginario crecimiento infinito. Esto lleva, inevitablemente, a la fase imperialista del capitalismo que ya describiría Lenin en 1916. Esta máxima de crecimiento es bien conocida tanto por los directivos de las grandes empresas como por los representantes públicos americanos cuya elección a menudo está supeditada a ser financiados por los primeros.
Es de hecho esta dinámica la que llevó a los capitalistas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX a expandirse más allá de los mercados domésticos llevando al capitalismo a una "nueva fase de concentración mundial del capital y de la producción"[^2]. Es durante esta nueva fase de colonización cuando comenzó a expandirse el telégrafo: a partir de mediados del siglo XIX se comenzaría a tejer una telaraña de cables submarinos desde el Reino Unido que no sólo permitiría la comunicación con otras potencias colonizadoras, sino también con los nuevos territorios colonizados.
<img src="https://dospuntosq-images.s3.eu-west-2.amazonaws.com/1891_Telegraph_Lines_1a79dacf42.jpg" alt="Mapamundi mostrando las conexiones telegráficas a nivel mundial">
Como bien señala Ekaitz Cancela es este paradigma colonial del capitalismo el que "sigue determinando la manera en que pensamos Internet"[^3]. Estos cables submarinos del siglo XIX son la base de los cables submarinos que actualmente componen la infraestructura de Internet. Google, Amazon, Facebook (ahora Meta) y Microsoft financian la construcción de la mayoría de los millonarios proyectos que sirven para establecer cables que unen los distintos centros de datos que existen en el mundo[^4].
Agotado en su práctica totalidad el espacio geográfico en el que se pueden expandir los grandes grupos capitalistas en esa "nueva fase" que describía Lenin, estos super-monopolios han encontrado un nuevo espacio en el que expandirse: el espacio de la información. La Informática ha generado un nuevo recurso que en en los mercados financieros puede permitir a una compañía revalorizarse y seguir expandiéndose en ese crecimiento infinito: la información, los datos.
Existen distintas formas de mercantilizar los datos, de asegurarse que tienen un gran valor económico. La Inteligencia Artificial es un gran ejemplo de esto del que pretendo escribir en un futuro. Sin embargo lo importante es que para extraer riqueza de estos datos es imprescindible tener la capacidad de procesarlos y almacenarlos. Esto sucede en los grandes centros de datos que compañías como Google, Amazon, Facebook (ahora Meta) y Microsoft tienen por todo el mundo.
En marzo de 2023 <a href="https://www.dclm.es/noticias/142446/aprobado-el-proyecto-de-singular-interes-del-centro-mas-importante-de-europa-de-meta-facebook-en-talavera-de-la-reina">se anunciaba que la Junta de Castilla-La Mancha declararía Proyecto de Singular Interés el establecimiento de un nuevo centro de datos de Meta en Talavera de la Reina, Toledo</a>. En Talavera de la Reina, ciudad de unos 80.000 habitantes con una alta tasa de paro y que en verano alcanza con facilidad los 40ºC, esta noticia fue recibida con júbilo por muchos de los que allí viven. Me consta pues yo mismo nací en Talavera de la Reina y allí siguen viviendo muchas de las personas que me son más queridas.
Poco importa que este centro de datos vaya a consumir entre 3 y 15 millones de litros de agua al día[^5] en una ciudad que históricamente ha reclamado que se deje de trasvasar agua de su río, el Tajo, con tal de sobrevivir. Tampoco importa que un centro de datos emplee apenas unas pocas decenas de personas de forma directa. Lo importante es que La Informática había llegado a la ciudad. Y con ella la promesa del Sueño Americano.
No serán los habitantes de Talavera de la Reina quienes se beneficien de este centro de datos, como tampoco se han beneficiado los habitantes de las miles de ciudades que han visto estas instalaciones aparecer en sus centros industriales. Tampoco serán, seamos sinceros, los principales perjudicados, y desde luego no serán los únicos, pues el impacto de este proceso de "info-colonización" va mucho más allá del consumo de agua de los centros de datos.
Los únicos beneficiados serán los grandes capitalistas detrás de Meta (antes Facebook), como en otros proyectos lo han sido los grandes capitalistas detrás de Google, Amazon o Microsoft. Y es por esto que surge el mito de La Informática.
Un mito que justifica y normaliza un proceso de infocolonización que ya trasciende fronteras y convierte lo que fotografiamos, hablamos o escribimos en lugares como este en meros recursos para seguir satisfaciendo la insaciable agencia del capitalismo.
[^1]: Harding, V. (2024) AI Needs You: How we can change AI's future and save our own - Princeton University Press. p. 123
[^2]: Lenin, V. I. (2007) El imperialismo, fase superior del capitalismo. - Fundación Federico Engels. p. 42 - 60
[^3]: Cancela, E. (2023) Utopías Digitales: Imaginar el fin del capitalismo. - Verso. p. 24 - 25
[^4]: Satariano, A. (2019) How The Internet Travels Across Oceans [online]. Disponible en https://www.nytimes.com/interactive/2019/03/10/technology/internet-cables-oceans.html [consultado 4 de julio 2024]
[^5]: Osaka, S. (2023) A new front in the water wars: Your internet use [online]. Disponible en https://www.washingtonpost.com/climate-environment/2023/04/25/data-centers-drought-water-use/ [consultado 4 de julio 2024]

Internet, como cualquier otro fenómeno mercantilizado dentro del sistema actual, está sujeto a las dinámicas del capitalismo. Estas dinámicas, lejos de atender a conspiración alguna, responden a la agencia del capitalismo la cual conlleva a las prácticas imperialistas y monopolísticas derivadas de la necesidad de acumulación del capital y de crecimiento infinito. Estas dinámicas han llevado al imperialismo capitalista a extenderse en la dimensión de la información apoyado en las infraestructuras de la nube que, en su plano más material, no son más que cables y centros de datos.

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Nubes colonizadoras